No considero que sea necesario que justifique mis decisiones, pero for the sake of the Old Times, supongo el Romanticismo me puede y me siento en el deber de montar una despedida al uso.
Este blog empezó como empiezan todos los blogs: para alimentar el ego y validar cosas que el autor ya sabía que estaban bien. Este blog ha sido acompañante silencioso y testigo de todos los estadios de mi senda espiritual, una senda que siempre había ido de la mano del concepto del grupo, de la tribu. Pero a día de hoy esto ya no tiene sentido, no creo ya en las sendas comunales si no empiezan por uno mismo. Todo empieza y termina en el Uno.
De la misma forma, no creo que mi contribución en este sentido pueda ayudar en nada al mundo del paganismo y la brujería: mis intenciones siempre han ido al revés del devenir de este mundillo. Es por esto que decido dejar de hacer público este espacio, para poder centrarme en el individuo y su comunión con lo más sagrado: la Naturaleza. Y no voy a engañar a nadie, todo el bombo el platillo que se ha (y me he) dado a mi papel dentro de estos ámbitos me supone más una carga que una ayuda. Prueba de ello han sido las aventuras con patético resultado que he tenido con auto-llamados sabios e iluminados de este hermoso país.
Si algo he aprendido estos años, ha sido que nadie puede decirte qué debes hacer con tu espíritu, y que, al final, la respuesta más pragmática es la más natural deseable. Y que en caso de duda, nunca consultes con un experto; por ello, no quiero ser considerada nada similar a una enviada mesiánica, con lo que me retiro alegremente del panorama, dejando paso a nuevas generaciones que aún conserven la esperanza en el concepto de coven/tribu global que creí posible alguna vez.
Como consejo final, sólo espero que no os dejéis engañar, el valor del conocimiento no está aquí, en una página web o un foro, nunca lo ha estado. Buscad en la Cueva.
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